Aunque la mayoría de los estudiantes de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte ya lo sepamos y creamos en ello, me parece interesante adjuntar este texto que he encontrado en Internet, que proviene de educaweb:
http://www.educaweb.com/noticia/2008/03/10/deporte-ayuda-tener-otra-forma-vida-mas-saludable-12860.htmlLa práctica del deporte y la educación física son una alternativa que puede compensar los déficits de movilidad, el exceso de calorías y la digestión de productos artificiales. Pero también fomenta el autocontrol, la responsabilidad y el trabajo en equipo, así como un tiempo libre más sano.
Enric Renau. Editor
10/03/2008
La obesidad infantil y juvenil simboliza, en buena manera, nuestro estilo de vida contemporáneo: sedentarismo, reducción del esfuerzo físico, desorganización de los horarios y sociedad de consumo.
La práctica del deporte y la educación física son una alternativa que puede compensar los déficits de movilidad, el exceso de calorías y la digestión de productos artificiales.
Entre los niños y jóvenes, la alternativa al deporte y a las actividades extraescolares deportivas, en muchos casos, no es el estudio o refuerzo de otras materias escolares o la lectura, sino la televisión, el ordenador y las videoconsolas, lo que fomenta los malos hábitos alimentarios y no contribuye al gasto energético, para nada.
En cambio, la educación física y la práctica deportiva exigen auto-conocimiento, autocontrol y aceptación positiva de los propios límites y permiten la visualización de las consecuencias del esfuerzo.
Otras virtudes tiene la actividad física regulada a la que denominamos deporte. La primera es la aceptación de unas normas y, en muchos casos, el trabajo en equipo. La segunda es el deportista debe ser responsable y no un mero comparsa. Para conseguir un objetivo individual o colectivo, el deportista tiene que tener una estrategia y tomar decisiones continuamente, a menudo, bajo la presión externa y en escenarios donde existe público.
La realización de entrenamientos y campeonatos le exige al deportista cumplir unos horarios y aprovechar, óptimamente, el resto del tiempo libre disponible. No queda tanto tiempo ni estímulo para la discoteca, la bebida y el alcohol.
La confusión está, quizás, en vincular la práctica deportiva con el éxito en las competiciones, especialmente de masas, como si lo importante no fuera el esfuerzo individual y la participación, sino la victoria y, a poder ser mediática.
La profesionalización del deporte infantil y juvenil es una de las amenazas que acechan a la actividad física escolar y al deporte, en general, pero, en general, parece que la mayoría de padres y madres y de centros educativos saben distinguir la educación deportiva de la competición per se.
En resumen, creer en la educación física y el deporte educativo significa confiar que otro tipo de vida es posible.
Enric Renau
La práctica del deporte y la educación física son una alternativa que puede compensar los déficits de movilidad, el exceso de calorías y la digestión de productos artificiales.
Entre los niños y jóvenes, la alternativa al deporte y a las actividades extraescolares deportivas, en muchos casos, no es el estudio o refuerzo de otras materias escolares o la lectura, sino la televisión, el ordenador y las videoconsolas, lo que fomenta los malos hábitos alimentarios y no contribuye al gasto energético, para nada.
En cambio, la educación física y la práctica deportiva exigen auto-conocimiento, autocontrol y aceptación positiva de los propios límites y permiten la visualización de las consecuencias del esfuerzo.
Otras virtudes tiene la actividad física regulada a la que denominamos deporte. La primera es la aceptación de unas normas y, en muchos casos, el trabajo en equipo. La segunda es el deportista debe ser responsable y no un mero comparsa. Para conseguir un objetivo individual o colectivo, el deportista tiene que tener una estrategia y tomar decisiones continuamente, a menudo, bajo la presión externa y en escenarios donde existe público.
La realización de entrenamientos y campeonatos le exige al deportista cumplir unos horarios y aprovechar, óptimamente, el resto del tiempo libre disponible. No queda tanto tiempo ni estímulo para la discoteca, la bebida y el alcohol.
La confusión está, quizás, en vincular la práctica deportiva con el éxito en las competiciones, especialmente de masas, como si lo importante no fuera el esfuerzo individual y la participación, sino la victoria y, a poder ser mediática.
La profesionalización del deporte infantil y juvenil es una de las amenazas que acechan a la actividad física escolar y al deporte, en general, pero, en general, parece que la mayoría de padres y madres y de centros educativos saben distinguir la educación deportiva de la competición per se.
En resumen, creer en la educación física y el deporte educativo significa confiar que otro tipo de vida es posible.
Enric Renau
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