sábado, 4 de diciembre de 2010

Acoso hacia el profesorado

Artículos sobre el acoso hacia el profesorado:

Agresión hacia el profesorado. (Heraldo.es 2007)


Violencia y acoso contra profesores (revista digital)


Acoso de padres hacia profesores


Crece el acoso hacia profesores


El teléfono que defiende al profesor


DEFENSOR DEL PROFESOR. Informe Estatal 2008. Secretaria Estatal de Comunicación ANPE




Historias reales en secundaria
Son testimonios anónimos de profesores que ejercen la enseñanza en centros de educación secundaria de la región, institutos normales, sin especiales problemas de convivencia, pero en los que gotean los incidentes de acoso de los alumnos

«Se levantó y me dio un sopapo»
«Estábamos en clase y le dije a un alumno que se quitara el cigarrillo que tenía en la oreja. Se negó a hacerlo y fui a quitárselo yo. Cuando se lo retiré, le rocé la sien. A renglón seguido, se levantó de su asiento y se vino hacia mí. Era un chico enorme, de 16 años, que me sacaba una cabeza de altura. Me dio un sopapo y me tiró al suelo. El chico fue expulsado, pero a los tres días lo tenía otra vez conmigo en el aula».

«Mi coche acabó calcinado»
«Alguien me robó el coche a la puerta del instituto; luego supe que había sido un alumno. Cuando salí de clase aquel día, el vehículo ya no estaba donde lo dejé aparcado. Lo encontraron varias manzanas más allá, en un descampado, completamente calcinado. Desde que ocurrió aquello, varios compañeros han alquilado plazas de aparcamiento; para evitar riesgos mayores».

"De mi niña te ríes, pero de mi no". Con estas palabras y a gritos, comenzó la agresión que sufrió P.H.V., una profesora de un "colegio de difícil desempeño" en la zona de Vallecas, Madrid.
Fue un martes de febrero de 2007 y a pesar del tiempo transcurrido esta profesora lo recuerda todo nítidamente.
"Yo estaba en mi aula sola cuando abrieron bruscamente la puerta y aparecieron la madre, el padre y el hermano (un menor de unos 16 años) de una de mis alumnas", comenta a RTVE.es
En ese momento P.H.V. se levantó de su mesa para recibirles, pero la madre la empredió a empellones. "Me empujaba y mientras retrocedía me iba tropezando con las sillas. Me llevó hasta la pizarra y allí me arrinconó mientras el marido y el hijo la azuzaban", recuerda esta docente.
"Entonces me cogió del cuello y empezó a apretar muy fuerte, tratando de estrangularme", explica entre sollozos esta profesora, que en el momento de la "brutal agresión" estaba embarazada de pocas embarazadas.
Pero qué había pasado para que se desatara esta violencia? Simplemente, el enfado de la madre se desató después de que la niña volviese a casa sin haberse comido el bocadillo que le había preparado.
"En nuestro colegio existe un régimen interior por el que todos los martes los niños deben tomar fruta. Los padres lo conocen y ese día siempre se pide que los niños vengan con fruta para que se vayan acostumbrando a comerla", señala la profesora.
Aunque la niña no se tomó el sándwich, almorzó como el resto de sus compañeros. "Ella, al igual que otros niños que olvidaron su fruta, se tomó un zumo y una pieza de fruta que le dieron en el colegio", comenta P.H.V. "Posteriormente, a estos niños les entregué una nota para sus padres, recordándoles que los martes no se comen bocadillos sino fruta", añade.
Pero la agresión de P.H.V. fue más allá y tras conseguir zafarse de la madre, la persiguieron por el pasillo.
"Mientras me estaba asfixiando yo no pensaba, pero pude esbozar el nombre de mi compañera. Entonces ella se asustó un poco y pude salir corriendo", apunta.
"Pero me cogió por la blusa, con la suerte que se rasgó, así que me quedé semidesnuda y huyendo hacia el despacho del director", cuenta a RTVE.es
El resto de docentes comenzó a salir de sus aulas, debido a los gritos e insultos que esta madre iba profiriendo y, ya en la sala de profesores, su presunta agresora la amenazó de muerte.
"Me tiraron el sándwich a la cara, me llamaron payasa y me dijeron: 'porque te que pillado aquí, que si no... Si te pillo en la calle, te mato'", recuerda con tristeza.
Tras esta agresión, P.H.V. recibió asistencia médica, interpuso una denuncia ante la policía y recibió todo el apoyo de sus compañeros.
"Al día siguiente, la madre se presentó impunemente con su hija en el colegio y enseguida llamamos a la policía", cuenta la profesora.
"Me apoyó todo el mundo, el resto de profesores, la dirección e incluso Bonifacio Alcañiz, director de Área Territorial de Madrid Capital de la Consejería de Educación", añade.
Afortunadamente, esta docente sólo tuvo que faltar tres días a clase. "Yo no quería estar sola con esa niña en el aula, no podía, pero por suerte en 15 días se resolvió el asunto, ya que el resto de profesores y los psicólogos indujeron a los padres para cambiar a la niña de centro y yo pude volver a dar clases", explica a RTVE.es
Ya reincorporada, tuvo que afrontar el trauma sufrido. "Yo no quise estar de baja, quería seguir en mi puesto y me decía a mi misma que nadie me iba a amedrentar pero necesité atención psicológica", comenta nuevamente entre sollozos.
"Soy una persona fuerte, pero aún así he necesitado de un psicólogo para procesarlo, asimilarlo y reajustarlo de forma positiva", afirma.
Ahora, P.H.V. tiene marcado el 11 de enero de 2011 en el calendario. Ese día volverá a verse las caras con su agresora en un juicio por lo penal.
"A los 6 meses se produjo el primer juicio. Mi abogada solicitó que se considerara la agresión como delito y el de ella como una falta, pero el juez y el fiscal tuvieron en cuenta nuestra petición y estamos a la espera de que se celebre este segundo juicio", señala.
Ese día, P.H.V. afirma que no tendrá miedo en desvelar su identidad. "Prefiero estar así hasta el día del juicio, pero cuando pase no pienso esconderme. Se lo voy a contar a todo el mundo y tal vez hasta llame a los medios de comunicación porque quiero que mi historia se conozca", declara rotundamente.
Y es que, pese al calvario sufrido esta profesora nunca ha pensado en abandonar su profesión.
"Sigo creyendo en mi trabajo, en mi profesionalidad y voy a luchar por ser respetada, aunque me gane una nueva torta", concluye.







Son impresionantes los testimonios de estos profesores, y debemos valorar la actitud de valentía que muchos de ellos poseen al hacerlo público y no poseer miedo al hacerlo, ya que son situaciones muy duras para la persona afectada, y que puede suponer grandes problemas psicológicos en su personalidad y NO DEBEMOS ACEPTAR ESTO!
Creo que deberían de existir un mayor numero de ayudas para los profesores que experimentan estas situaciones y creer en el dicho que dice que "la unión hace la fuerza".
Debemos apoyarnos entre los docentes, sin temer nada ni a nadie y no esconder estos casos... que la sociedad los conozca, que la gente sepa que hay profesores que sufren y debemos tener esperanzas en que estas situaciones disminuyan hasta desaparacer.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario