domingo, 30 de enero de 2011

Reflexión y comentario sobre documental de "Un pulso al fracaso"

Adolescentes                 Marginalidad
Exclusión
Rechazo                 Experiencias escolares negativas
Resultados pésimos                              Pesimismo
Ausencia escolar




Todos los alumnos que nos cuentan su vida “problemática” respecto a los estudios a lo largo de su vida, reconocen su fracaso y sus actos negativos.
Juan- “La gente que la liaba en clase o no solía ir, te echaban de clase y llegabas al día siguiente y como eras el de siempre, te descartaban de allí, como que pasaban de ti un poco y se fijaban en lo que querían. Si ellos hubiesen estado como aquí como en Tomillo, como en Carabanchel, que están mucho más encima de ti, yo… tendría el graduado”.
Según la teoría, un adolescente entra en el limbo del fracaso escolar cuando no es capaz de alcanzar el nivel de rendimiento esperado para su edad.
Como comentan a lo largo del documental, en este centro, lo de menos aquí es la transmisión de conocimientos.
Los adolescentes que llegan al centro, tienen perdida la esperanza de “ser capaz de algo” y el centro es lo que se propone como objetivos y la mayor parte de las ocasiones se consigue.
En el centro de realizan tutoría individualizadas con los alumnos, donde allí el profesor guía, tutoriza, comprende, ayuda, apoya al alumno… estas sesiones creo que son muy enriquecedoras para estos alumnos que siempre se han sentido como “desplazados” frente a los profesores de los institutos donde han estudiado, y aquí se les da otra oportunidad, y donde ellos ven que se cree en ellos y que con ayuda y apoyo pueden llegar a ser algo importante en esta vida.
Juan comentan en una tutoría”… si tú me echas una mano mucho mejor”.
Los profesores mantienen una relación cercana con los padres de los alumnos, y los llaman para informarles sobre la evolución de sus hijos en el centro, informando también de los “castigos” que de les aplican, intentando en todo momento que la familia crea en ellos, en su educación y apoyen las decisiones que se toman en el centro. También comentar, que los castigos que de les aplican, son castigos que no se ven como tales, sino que suelen ser acciones que pueden enriquecer también al alumno, como por ejemplo, a Juan, se le exige que pinte la valla del patio, la cual él ha ensuciado otra muchas veces y de esta manera, se le hace reflexionar sobre sus actos y también se le brinda una oportunidad para que él se vea capaz de que puede realizar un trabajo similar al de “pintor” de manera eficaz.

Luis María López, Director de la Fundación Tomillo, da su opinión sobre el centro. “En este centro no buscamos culpables. Si los adultos sabemos trabajar con ellos, éstos chavales pueden sacar su máximo potencial. A través de esas caras que no son simpáticas, lo que hay, es una cantidad de chavales con unas ganas INMENSAS de poder demostrar que son capaces. La clase es demostrarle que tú no eres el enemigo, sino el amigo y el apoyo que necesitan y nunca nadie le ha brindado, y que de forma conjunta, los alumnos acabarán por ser capaces. La educación es muy difícil per:
1)      Tenemos que creer en los alumnos.
2)      Debemos empezar a poner los valores en los desarrollos personales, en la educación profunda de los críos, no tanto en los conocimientos.

Rebeca Erguido, educadora del centro comenta “El trabajo que hacemos aquí es mucho más educativo que curricular, lo que importa es formarles como personas”.

Muchas veces, se sacan de las aulas la enseñanza, y re realizan actividades motivadoras para los alumnos, con diferentes objetivos, desde realizar prácticas de camarero en el patio de recreo, para aprender a saber llevar la bandeja, hasta partidos de baloncesto para mejorar el clima entre el alumnado y el profesorado.
Al ver el partido de baloncesto, en donde el profesor juega con ellos, me emociona el ver, la actitud tan positiva que tienen todos, como disfrutan jugando, como rien, como se divierten y transmiten un cariño impresionante entre ellos.
“El centro es una clara conjunción de aprender y enseñar. Los alumnos empiezan a tener pruebas palpables de que pueden, y quizás sea por primera vez en su vida”.

Aspecto muy importante en el centro es la puesta en común de los objetivos de los educadores, los cuales deben estar bajo el estímulo de conseguir todos los días un pequeño “milagro”, olvidar el pasado de los chicos y poner en sus manos la posibilidad de soñar.
“Todo es posible si creemos que es posible. Tenemos que ser auténticos kamikazes, soñar, y no tener límites. Esto es la magia del centro”. Comenta el director del centro.

Otro programa pedagógico que posee el centro es el programa ARDIS, dirigido a adolescentes tan excluidos que andan por la calle sin ir al instituto, ni a ninguna parte… Dos trabajadores sociales van a buscarlos a sus casas, al parque, a su barrio… para hablar con ellos, interesarse por sus vidas, ver como les va, conocer sus nuevas motivaciones y objetivos…  Realizan una acción social global sobre el individuo, su entorno y su familia.
“Hace menos de un año, después de salir del último instituto donde se les expulsó, después de que todos sus jefes de estudios tirasen la toalla, estos chavales están consiguiendo logros que para todo los que les rodeaban y para ellos mismos hubieran sido impensables. Han tenido casi que volver a nacer, esforzarse mucho y lo han conseguido.”
“Estos niños son el resultado muchos de ellos, de los fallos de los adultos, tanto de padres, como profesores, del sistema educativo… y la clave para volverlos a ver nacer es el pensar que…

TÚ PUEDES Y VAMOS HA HACERLO JUNTOS…”






Me parece un documental irritante, el cual, nos muestra, la realidad hoy en día de muchos adolescentes ”perdidos”, los cuales la mayor parte del profesorado de centros ordinarios trata como alumnos pésimos, en los cuales no se apuesta, no se cree, no se confía, y se intenta llevar lo mejor posible para que no te “desbarate” la clase, sin tener otro mínimo objetivo con ellos…
Al estar realizando las prácticas en un instituto de Secundaria, puede ver, todos días casos como los de estos adolescentes, y sinceramente, no sé si será por el espíritu que poseo al ser joven, mis ganas de trabajar, mi poco experiencia como docente… pero la verdad, es que, a la hora de la práctica, se ve reflejado todo lo que se comenta en este documental. Estos alumnos, aunque no lo demuestren, se sienten inútiles en el instituto, se sienten infravalorados, no apoyados… y esos sentimientos, son los que muchas veces, provocan que actúen de maneras inadecuadas, muchas veces por llamar la atención, o también por decir “aunque sea malo, aquí estoy y te puedo fastidiar como tú intentas fastidiarme a mí”.
El ver este tipo de documentales, creo que es muy motivante para aquellos que creemos en la educación, que creemos en la inclusión y que consideramos que de estos alumnos con esfuerzo y trabajo se pueden sacar millones de cosas positivas, lo que falta es constancia, paciencia, ilusión, creer en ellos, hacer que crean en ellos mismos y GANAS, muchas GANAS emprender una aventura con cada uno de ellos.

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